miércoles, 1 de agosto de 2018

De sus cenizas renace el Fénix

Desgastados por lo que nos rodea, por lo que sentimos, por todo lo que nos hace bien o mal. Desgastados a pesar que hagamos lo que nos gusta o lo que no. Desgastamos una parte de nuestra alma y de nuestra vida en pensar y no en vivir. Nos sentimos abrumados por el aire que a veces se nos complica respirar, nos sentimos ahogados en una pequeña brisa que nos hace recordar, nos sentimos vacíos porque no sabemos de donde venimos hacia donde vamos o lo que debemos hacer, nos sentimos incompletos porque muchas personas han pasado por nuestra vida y se llevan fragmentos de nosotros con ellas, nos sentimos cansados incluso luego de haber dormido mucho, porque sabemos y estamos conscientes que nuestra alma está contrariada. Nos dejamos perder en un poco de humo de lo tóxico que inhalamos, y nos dejamos ir en una marea que apenas llega a nuestros tobillos. Pensamos que no podemos más, que no somos capaces de superar obstáculos, de cumplir metas o cumplir sueños de esos que soñamos nuestra vida entera, sin embargo, debemos ser cómo el fénix, hacernos polvo y comenzar de nuevo, tomar vuelo sin importar que nuestras alas sean pequeñas o grandes y arriesgarnos con el fuego de aquello que enciende nuestro ser. De sus cenizas renace el Fénix y no tengo duda de esto, porque yo volví a la vida como uno de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario